lunes, 5 de marzo de 2012

Y ahora las Tutis

¡Pobrecitas mías! Tanto periquito por medio hace que me olvide (en el blog claro) de mis niñas más preciadas, mis Tutis! Al final ni las llamamos por su nombre, lo que empezó como un tono de llamada a Luna I inventado por mi abuelo (!Titaaaa¡), fue evolucionando y derivando a "Tuti", mote refundado por mi hermano a partir del famoso "Tita" de mi abuelo... Desde hace más de tres años, Luna ha pasado a llamarse Tuti en las ocasiones especiales, cuando se porta mal o hay que llamarla para que venga, volvemos a su nombre de pila. Con la llegada de Luna II, , también la metimos el apodo de Tuti, aunque solemos usar otros como Gansota (de gansa, por lo pava que es a veces), Peluche o Gorda (por lo grande que es respecto a Tuti). Echas las presentaciones y las explicaciones de sus curiosos apodos, quiero hablar un poco de ellas:

Luna, alias Tuti, es la perra que he criado desde que tenía 27 días, ahora tiene casi 4 años. Por entonces, todavía mamaba y fue destetada de un día para otro. Reconozco que que ya era lista desde el primer momento, porque se lanzó a comer pienso duro, para cachorros claro, al día siguiente. No hizo falta darla papillas ni nada por el estilo, ella sola comenzó a comer del plato. Era un peluche y parecía un labrador auténtico, pero cuando creció nos dimos cuenta que tenía mezcla de perro cazador. Por lo visto su padre es un perro mestizo de tamaño de mediano que vaga por un pueblo de Extremadura y que en un día de pasión dejó preñada a una labradora que vive allí, la madre de Tuti.

Tuti a día de hoy

Tomando el sol...


¡Tuti después de su primer pelado!


El cruce es muy curioso y, particularmente, me encanta como ha salido. Es avispa, atenta, ligera, veloz... no veas como corre cuando quiere perseguir un pájaro, ratón o gato. Tiene un carácter muy bueno, exageradamente bueno, es más, de pequeña a penas rompió cosas o araño muebles, NADA, cuatro cosillas (calcetines, que se caían, ramas, un poco la persiana). Es dócil, obediente y cariñosa, aunque un poco independiente a veces, eso sí, FIEL. Más de una vez nos hemos dejado la puerta de la calle abierta y con ella fuera y NO se iba, se quedaba delante de la puerta de la casa y daba con la para para pasar. La gente me cuenta que es dominante porque el rabo lo tiene siempre hacia arriba y monta a mi otra perra cuando están en celo... a mi me parece raro porque es cero agresiva. Ahora, Tuti prefiere mil veces a mi hermano mayor, con él se desvive, a mi me tiene como el tío que la regaña cuando algo hace mal y el que la saca de pasear...vamos que soy el malo para ella :D
El día que la trajeron

Unas semanas después

Con algo más de dos mesecillos




La otra Luna vino hace más de un año. Tiene casi tres años, por lo que la diferencia entre las dos es mínima. Tuvo una camada de 9 perritos por accidente, un macho se coló y... pues eso. Sus dueños no podían tratarla como debería y querían buscar a alquien que la cuidara como se merecía y a ser posible, de confianza. La dueña viene a casa a ayudar a mi madre a limpiar, y como sabía mi pasión por los animales no dudó en proponérmelo. Me costó convencer a mis padres, pero finalmente vino y la pobre tenía un aspecto lamentable, delgada, con las mamas colgando y cansada de la camada. No dudé en buscarla un cogín y proporcionarla comida y mimos. Al principio no hacía sus necesidades fuera, si no en casa, tenía que pasar largos ratos en la calle para que se acostumbrara y finalmente, así lo hizo.


Ahora, ya es igual de educada que Tuti, con la diferencia de que es un poco más cabezona y come todo lo que ve. Es muy cariñosa, demasiado, es un oso amoroso perruno, constantemente desea mimos de cualquier. Si estás tumbado en el sofá viene a lamerte la cara y te empuja la mano para que la acaricies, después ella también se tumba boca arriba para que continues el sobeteo por la tripa... ¡menuda es! Pero vamos, en cuanto a carácter son prácticamente iguales. Al contrario que Tuti, esta perra me quiere un montón, y yo a ella, porque siempre viene a verme a mi, se emociona cuando toca paseo y me busca para que la haga caricias. Supongo que todo ese cariño es debido a que yo era el que iba a visitarla a su casa cuando estaba con lo cachorros y el primero que le hizo caricias cuando fui a buscarla para traérmela, vamos que fui el primero que conoció de mi casa.



A día de hoy, se llevan genial, juegan un montón y comparten vida, camas y comida. Cuando salimos de paso, Tuti suele ir más a su bola, pero la Gansota tiende a quedarse a mi lado y a alejarse poco de mi. Eso sí, cuando las llamó vienen las dos... si no, saben de sobra el camino a casa.
De paseo en verano

En verano, la Gansota prefiere tumbarse en el suelo y detrás de la cortina

Espero que os haya gustado este reportaje de mis Tutis... que son unos SOLES!

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